Ventana con corazones amorosos dibujados

Cómo volver a enamorarte de tu propia empresa

Las vacaciones son tiempos de reflexión, donde al menos una vez al año se te da la oportunidad de parar las máquinas y olvidarte momentáneamente de tu propio negocio. Son tiempos en el que poder analizar desde fuera, con perspectiva, la situación de tu negocio, pero también observar y ser consciente de la relación que mantienes con él.

Es posible que estés en ese afortunado círculo de personas que han conseguido montar su propio negocio, mantenerlo, y dedicarte a lo que has elegido. Y también es posible que a pesar de todo eso llegue un momento en el que no tengas esa sensación de alegría que tenías al principio, en el que eches en falta algo de motivación, y en el que no tengas muy claro si estás en el sitio en el que deberías estar. Momentos en los que echas de menos esa pasión que recuerdas volcar en tu trabajo.

Cuando llega la rutina

Un día te despiertas y te das cuenta de lo mucho que te cuesta levantarte para ir a trabajar, ya no disfrutas de cada paso que dar en tu trabajo o incluso están pendiente del reloj deseando que termine ese ambiguo concepto de jornada laboral. No le des más vueltas, has entrado en la odiosa rutina, el mayor enemigo de los negocios, los deportistas, o las parejas.

Trabajar y luchar por esforzarte dentro de la rutina, seguramente hará que te sientas triste, desanimado, perezoso e incluso estresado. Todo esto seguro crea un malestar general en tu vida, que es necesario eliminar.

Cómo solucionarlo

No existe una solución única ni para todas las situaciones, ni para todas las personas. Por ello, lo que te ofrezco es una caja de herramientas para que pruebes y utilices las que mejor funcionen en tu caso. Te aseguro que para la mayoría de estas situaciones, aquí encontrarás la solución para ayudarte a recuperar esa pasión:

Ser consciente del problema

Chica pensando en su negocio

El primer paso ya lo están dando si has tenido interés en perder unos minutos en seguir leyendo este artículo. Apaga el ordenador, el móvil, la tablet, la tele y vete a una habitación tranquila donde no te estén molestando cada 5 minutos. Necesitas tener unos minutos de reflexión para poder observar tu situación y darte cuenta de qué es lo que realmente te está frenando. Olvídate de los demás, de las expectativas levantadas y de lo que la gente espera que hagas. Esos son objetivos con lo que todos queremos cumplir, pero que no aportan nada a conseguir la plena satisfacción. Piensa en ti y profundiza sobre lo que te termina de encajar. ¿Es el horario? ¿Son los sueldos? ¿Las tareas que realizas? ¿Es el ambiente en el trabajo con tu equipo? ¿Es lo que aportas a la sociedad con tu negocio? ¿Cuánto tiempo hace que notaste haber pedido la motivación?

Vuelve a los comienzos

Piensa qué fue lo que te atrajo desde el primer momento, cuál fue tu motivación inicial para embarcarte en este proyecto. Volver a la fuente de motivación te hará recordar qué fue lo que te enamoró. Este ejercicio actúa como un reactivador de tus sentimientos, sueños y motivación primarios y fundamentales, vamos es un chute de energía instantáneo.

Si te cuesta hacer este ejercicio de memoria en la situación mental negativa en la que te encuentras ahora mismo… Ponte a buscar. Seguro que entre los papeles de tus cajones o en alguno de tus discos duros tienes guardados todos esos apuntes que tomaste cuando estabas diseñando cómo sería tu negocio, y donde también dejaste reflejada tu verdadera motivación por ponerlo en pie.

Cambia tu día a día

Profesional trabajando desde la playa

Como comentábamos, la rutina es tu peor enemigo y debes de salir corriendo en cuanto sientas que se acerca. Caer en la rutina es lo peor que puede pasar (en cualquier aspecto de tu vida), así que no lo alargues más y ¡rompe con la rutina!

Puedes probar a cambiar tu horario, a cambiar el orden en el que haces tus tareas, el lugar donde sales a desayunar, la decoración de tu oficina, incluso algunas de tus aplicaciones o el propio ordenador. También puedes probar a trabajar desde un sitio diferente. Conozco decenas de profesionales que sólo necesitan de un portátil y un móvil 4G para realizar su actividad. Podrían trabajar desde una cafetería, desde un parque, desde un centro de coworking en otra ciudad, desde la playa… y sin embargo la rutina les hace no aprovechar esa gran ventaja y trabajar siempre en el mismo sitio.

Repasa tus objetivos

Los objetivos siempre tienen que ser concretos y medibles. Tienes que ser capaz de saber objetivamente si los has alcanzado o cuánto te falta exactamente. Siempre tienen que estar por escrito, ya que aunque deben ser flexibles no podemos estar cambiándolos todos los días. Pero sobre todo tienen que ser capaz de ilusionarte. La mayoría de los casos de desmotivación que me encuentro suelen venir porque no hay objetivos definidos o porque estos no ilusionas, no están alineados con las motivaciones personales del empresario.

Si los objetivos que te has marcado no te ilusionan, no valen. Busca otros.

Sé ambicioso y cree en tus aptitudes. No te conformes y ve a por más. Busca retos nuevos, asume nuevas responsabilidades, adquiere una actitud proactiva y busca nuevos horizontes. A medida que vayas logrando objetivos verás cómo tu autoestima se verá reforzada, tu productividad aumentará y te sentirás motivado de nuevo.

Revisar la vida más allá del trabajo

Dos amigos toman algo juntos

No permitas que tu trabajo invada todos los campos de tu vida, así que cuida tu espacio de tiempo personal. Dedica tiempo para ti antes o después de empezar tu jornada; toma un buen desayuno, ve andando al trabajo, haz deporte, lee, escucha música o toca un instrumento, baila, cocina, queda con amigos, aprende sobre nuevas áreas… cualquier actividad donde el protagonista seas tu es válida.

Se trata de recuperar el juego en tu vida, esa parte que tenías de niño donde te lo pasabas bien, el tiempo volaba y te sentías feliz y entusiasmado.

Si no cargas las pilas, no tendrás energía. Lógico, ¿no?

Si tu situación de pareja no está bien, si no dedicas tiempo a ti, si no te relaciones con amigos de verdad, si no cuidas tu salud con deporte y buena alimentación… Ya puedes ser el CEO de Apple que te aseguro seguirás teniendo esa misma sensación de mierda que tienes ahora.

No te des por vencido

Mi mayor consejo es que no te conformes. Nuestra vida laboral ocupa una parte demasiado importante en nuestra vida, que a su vez repercute en otras esferas, como para no prestarle la atención suficiente. Quiero decir que no sólo resta una importante cantidad de horas a nuestra vida personal, sino que lo bien que gestionemos esta parcela influirá directamente en el resto de áreas de nuestra vida y en nuestra sensación de felicidad. No te conformes, porque aunque seguramente un alto porcentaje del planeta se conforme con llegar a final de mes y con comer todos los días, tú sabes que necesitas saber que el tiempo invertido te está llevando a algún lado, te está permitiendo evolucionar como profesional y como persona, que estás aprendiendo y que eres hoy un poco mejor que ayer. Por favor, no te conformes. No te des por vencido.

Es esta motivación lo que te hace diferente al resto de empresas. Es esta motivación lo que te hace poner más cariño en cada tareas, en cada planificación, en cada producto o servicio. Y al final es lo que te va a permitir conseguir objetivos que muchos otros no han podido ni soñar. No te conformes.

Las ventajas del deep work

La diferenciación está en el Deep Work

No es la primera vez que me siento ante el teclado con la intención de escribir este artículo. E incluso en esta última sentada he parado en varias ocasiones de escribir para hacer cosas que absolutamente tenían que ver con este artículo. Atender una llamada, contestar a 2 WhatsApp, o echar un ojo a algunos comentarios en Facebook donde me mencionaban, o luchar porque la bandeja de entrada de mi correo siga en inbox zero, han provocado dos cosas. Por un lado que tarde mucho más de lo previsto en publicar este artículo, y por otro lado que seguramente no haya dado lo mejor de mi por tener la cabeza en otros asuntos al mismo tiempo. Y precisamente de eso trata este artículo.

Desde hace bastante tiempo sigo el podcast de Homo Minimus, donde hace pocos me topé con un capítulo que junto a Marc Marti trataba trataban el tema del Deep Work o trabajo profundo, basándose en el libro de Cal Newport. Consiguieron llamar mi atención y mantenerme atento a cada segundo de cada uno de los 30 minutos que duraba el capítulo. No por sonarme a nuevo, sino más bien por dar nombre y forma a algo a los que llevo dando vueltas durante los últimos meses.

Resumiéndotelo mucho, cuando hablamos de Deep Word o de trabajo profundo, estamos hablando del trabajo que realizamos al 100% concentrados. Una capacidad cada vez más reducido por el tipo de sociedad que vivimos.

Mi intención con este artículo no es darte un tutorial sobre cómo entrenar y alcanzar ese punto óptimo de concentración donde realmente estés en lo que están haciendo y puedas dar lo mejor de ti, para eso tenéis algunos artículos recomendados al pie de esta publicación. Mi intención inicial es que hacerte consciente de este concepto y reflexionar sobre la importancia que está empezando a tener en nuestro día a día.

Parece que desde que en los 90 Bill Gates anunciara a bombo y platillo la multitarea del nuevo Windows frente a sus predecesores, se ha instaurado en la sociedad como una gran ventaja. Ser capaz de estar en varias cosas a la vez se entendía como algo bueno. Muy bueno. No todos eran capaz de estar avanzando en varias tareas a la vez. Y el que era capaz, además se retroalimentaba con una sensación adictiva de estar ocupado y ser productivo. Es muy posible que te veas reflejado bajo este perfil.

Ademas la era de la información, nos está llevando a estar sobreinformados. Querer estar en todas las redes sociales, leer todos los blogs sobre nuestros temas favoritos, estar en todos los eventos, escuchar todos los podcast, no perderte ningún vídeo de tus canales preferidos de Youtube, a la vez que intentamos aprender 3 idiomas, ser el mejor en nuestro trabajo e intentar emprender a la vez. Además de todos esto, la velocidad de Internet está convirtiendo la posibilidad de tener una respuesta inmediata, en la obligación de responder inmediatamente a nuestros contactos: Email, Whatsapp, Twitter, Facebook, Telegram, Skype, llamadas de móvil… Todos nuestros contactos ya sean personales o profesionales te piden una respuesta AHORA.

Si metemos todo esto en la batidora, obtenemos un cóctel que está consiguiendo cambiar la manera de trabajar de nuestro cerebro. Hemos invertido los papeles, y hoy en día el 99% de la gente que tenemos a nuestro alrededor es multitarea. Todos queremos hacer mil cosas a la vez, y además queremos hacerlas corriendo.

Esto está provocando que nuestra mente tenga la cabeza en varias historias a la vez, y que su capacidad de atención se reparta entre todas ellas, no siendo capaces de poner todo nuestro ser en hacer nada lo mejor posible. Además estamos acostumbrándonos a tareas pequeñas que podamos quitarnos de encima rápidamente, y que nos cree esa falsa sensación de haber sido muy productivos. Con lo que estamos perdiendo nuestra capacidad de mantener la concentración sobre periodos más largos de trabajo.

En un mundo donde mientras vemos una peli sacamos el móvil para ver las redes sociales, donde mientras que respondemos un email estamos escuchando un podcast para aprender inglés, donde charlamos con los amigos sin mirarles a la cara mientras pasamos fases del Candy Crush de turno, donde cada vez estamos siendo más impactados por miles de mensajes diarios tanto publicitarios como informativos… En un mundo así lo difícil, lo valioso, son las personas capaces de evadirse de toda esa dinámica y mantener el foco en las tareas que requieren de más concentración. Las tareas que necesitan de la capacidad de reflexión de la mente humana, esas tareas que nunca podrán ser realizadas por máquinas.

El que escriba el mejor libro no será el que más formación tiene, ni el que más mundo ha recorrido, ni el que más libros tenga a sus espaldas. El mejor libro será escrito por la persona que sea capaz de concentrar toda su capacidad e inteligente en esa tarea durante más tiempo. Sin interrupciones, sin permitir que su mente vaya saltando de un tema a otro sin ningún control. Sin comprobar si esa vibración que has notado en la pierna era una notificación o sólo imaginaciones de un obseso se esta sociedad.

Personas usando el móvil en el cine

 

Pero no sólo nos afecta en nuestro ámbito laboral. No señor. También nos afecta a nuestros ratos de «desconexión». Un padre que mece a su pequeño mientras consulta el teléfono móvil. Un aficionado a los videojuegos que pausa cada dos minutos para seguir contestando al Whatsapp. Un amante del deporte que entre serie y serie de su rutina de pesas responde a emails del trabajo, un ciclista que para el ritmo para subir la foto de turno a Instagram…Creo que estas situaciones no te son desconocidas, y seguro que me puedes poner muchas más como ejemplo.

Si perdemos la capacidad de estar y vivir el ahora, también perdemos la capacidad de desconexión, la capacidad de cargar las pilas, la capacidad de disfrutar a fondo de lo que hacemos por placer. ¿Recuerdas cuando ir al gimnasio o al cine te suponía olvidarte de todos tus problemas y mantenerte una hora concentrado sólo en ti? ¿Cuanto hace que no lo consigues?

Te aviso que salir de esta dinámica va a ofender a la gente de tu alrededor. Porque aunque muchas veces no nos demos cuenta a todos nos gusta que los demás sean iguales que nosotros. Y que alguien quiera coger un camino distinto nos incomoda, nos genera desconfianza. Cuando empieces a vivir de nuevo el ahora, te empezarás a dar cuenta de las distracciones que hay a tu alrededor, y también de cómo afectan éstas a las personas de tu círculo. Cuando empieces a bloquear tiempos para proyectos concretos y pongan el móvil en modo «No molestar» empezarás a notar cambios, pero también te encontrarás con enfados por gente que te ha escrito 4 mensajes en WhatsApp. Y es que ya han pasado 20 minutos y no has contestado. El mundo te intentará convencer de que sigas por la misma senda. Pero si de verdad quieres ser diferente, ser más productivo, y conseguir sacar lo mejor de ti… necesitarás hacerlo. 

Comprar libro «Deep Work» en inglés: http://amzn.to/2saHlIy
Comprar libro «Deep Work» en español: Lo siento, pero este libro aún no se ha traducido en la fecha en la que escribo este artículo.

Otros artículos interesantes sobre la temática

La virtud de la concentración, de Óscar Carreras
Reseña de Deep Work, de Miguel Ángel Alonso
El podcast de Homo Minimus, capítulo con Marc Marti

Me cambio de gimnasio. ¿Qué tiene que ver esto con tu negocio?

Tras más de 10 años acudiendo al mismo centro deportivo, esta semana cambio de aires y me cambio de gimnasio. Y no, no deseo convertir éste en uno de esos blogs rosas que acaban contando la vida personal y el día a día del que escribe sin tener prácticamente ninguna relación con la temática en cuestión (o eso espero). Hay un motivo para contar este cambio, y espero que con él puedas aprender algo para tu negocio.

No voy a hablar de marcas ni nombres de gimnasios, ya que no tengo en mente esta publicación como una crítica a ninguna empresa en concreto. Sino como una reflexión que reciclar en la mayoría de sectores, entre los que seguramente se encuentra aquel en el que desarrollas tu actividad.

Qué me ha hecho mirar otras opciones

Hay sectores en las que la fidelización es una parte básica del negocio. Sin ella no existe la rentabilidad, en muchos casos debido a que el esfuerzo o inversión necesario para captar nuevos clientes no tienen un suficiente ROI en la primera venta o cuota, en el caso de servicios continuos como el del ejemplo de este artículo. La fidelización es imprescindible si queremos tener un negocio rentable que nos lleve hacia nuestros objetivos económicos.

En el caso de los gimnasios o centros deportivos, los clientes pueden seguir siéndolo durante 5, 10 15 o incluso 20 años. Ya en sí es difícil fidelizar clientes, pero más difícil aún es trabajar en este tipo de fidelizaciones a largo plazo. Cuando tu objetivo es que un cliente esté a tu lado 20 años, necesitas no estancarte, no conformarte. La mayoría de centros hacen un esfuerzo enorme por poder ofrecer unas buenas instalaciones con el objetivo de conseguir X números de clientes fidelizados. Una vez conseguidos pecan de dormirse  y se dedican a recoger lo sembrado y a «vivir de la renta».

Cuando se está en esta situación siempre nos acaba cogiendo el toro. Las maquinas están anticuadas y empiezan a tener problemas, que por mucho que se arregle son una molestia y a veces incluso motivo de lesión para algún cliente. El centro se va deteriorando, sobre todo en sitios tan delicados como los vestuarios y las zonas de agua. No nos adaptamos a las novedades del sector, y cuando nos damos cuenta y queremos empezar a poner la casa de nuevo en orden nos damos cuenta que el llevar tantos años sin invertir en estar al día ha hecho la bola tan grande que a día de hoy sería una inversión a la que no podemos hacer frente.

Como no podemos hacer la inversión para seguir siendo el centro deportivo de referencia que fuimos en su día decidimos ajustar nuestros precios para seguir siendo una alternativa a la nueva competencia, a todas esas empresas que han nacido hace pocos años siendo diseñadas teniendo en cuenta la situación actual, las necesidades actuales de los clientes y, también como no, sus posibilidades económicas.

Una decisión difícil, ya que una vez realizada, ni aunque consigas tener el centro al 100% de socios conseguirás los ingresos con los que contabas hace unos años. Por lo que seguramente llegado ese momento decidas ampliar tu límite de socios causando que entrenar en tu centro sea toda una odisea.

Qué he visto diferente en otros centros

Hay algunas cosas que más genéricas que te puedo contar. Como pueden ser un edificio más nuevo y con más instalaciones para distintas actividades deportivas, unos vestuarios en mejores condiciones, unas máquinas más nuevas que funcionan con una suavidad que hacen que el entrenamiento sea una experiencia distinta…

Pero sobre todo he visto otra energía en el equipo profesional del centro. A pesar de que este centro en el comienzo tampoco es significativamente nuevo, se perciben las ganas de hacer cosas. Nuevos sistemas de entrenamiento, nuevas zonas en las salas que no conocía hasta ahora, clases de modalidades deportivas que se han puesto de moda en el último año, seguimiento de tu propio entrenamiento con aplicaciones móviles… Al fin y al cabo, novedades. Algo nuevo que te permita no aburrirte, probar cosas nuevas, actualizarte y convertirte en un cliente fidelizado que pueda estar en el centro esos 20 años de los que hablaba arriba.

Qué deberías tener en cuenta

Lo primero que deberías tener claro es cuánto importa la fidelización en tu sector. Hay sectores en los que se pueden permitir el lujo de ignorarla y conformarse sólo con la primera venta a cada cliente. Pero te aseguro que son muy pocos los que lo hacen con conocimiento de causa, y que incluso en sectores donde la repetición de la compra se puede dar cada 10 años, como el sector del automóvil, se trabaja en la compleja fidelización del cliente.

Una vez que seas consciente de la importancia de la misma deberás tener en cuenta que tus esfuerzos comerciales no deben ir destinados únicamente a la atracción de clientes nuevos, a robar socios a otros gimnasios, que deberás hacer un trabajo intenso en hacer que esa cartera de socios que tanto te está costando conseguir se mantenga y avance contigo.

Ten tus instalaciones con un mantenimiento adecuado para que se te acabe cayendo el techo encima. Pero sobre todo actualiza el servicio o producto que ofreces a tu cliente. No dejes que el «lo que ofrezco funciona» te haga dormirte en los laureles. Ya que es posible que tengas razón y hoy funcione (o no), pero ten por seguro que mañana dejará de hacerlo, y cuando tus clientes hayan decidido cambiar de empresa será mucho más costoso en tiempo, energía y dinero convencerlos de que vuelvan.

Nunca te olvides de tus actuales clientes. ¡Fideliza!

 

Qué es el ROI

En la mayoría de las reuniones que mantengo suele salir el concepto del ROI. Un término muy frecuente y que, aunque debería, no siempre es conocido por los empresarios. 3 letras que suponen una importancia tremenda para cualquier campaña de marketing, sin el ROI ninguna campaña tendría sentido.

Si algo no falta en marketing online son métricas que recopilar y analizar para comprobar los resultados de lo que estamos haciendo. Desde visitas, tiempo en la web, seguidores o interacciones en redes sociales. Pero si sólo tuviera que elegir una métrico que seguir en una campaña, sin duda alguna sería el ROI.

¿De qué estamos hablando? ¿Qué es el ROI?

Cada inversión es como un boomerang, debe volver a nosotros con más fuerza de la que la lanzamos si es posible. El ROI es la relación entre la cantidad invertida y el resultado obtenido en ingresos limpios o beneficio, ambos en un único plazo de tiempo. Deberemos dividir los ingresos obtenidos por la inversión realizada.

Por ejemplo supongamos que dirigimos un negocio de reformas y construcción. Realizamos una campaña online para captar clientes para la instalación de piscinas en  instalación de piscinas. La inversión que realizamos en la campaña es de 3.000€ para un mes.

Tras finalizar el mes y consumir el presupuesto asignado hemos conseguido 23 contactos que nos han pedido presupuesto, de los que 5 han formalizado la contratación de su nueva piscina. Gracias a esos nuevos clientes hemos facturado 15.250€, pero no todo es retorno ya que la construcción nos supone un gastos. Nuestras piscinas tienen un margen de venta de un 30%. Por lo que hemos invertido 3.000€ y hemos obtenido un beneficio de 6.100€ por lo que:

6.100 / 3.000 x 100 = 203,3%

Nuestro ROI en esta operación es de un 203,3%.

¿Existen otras formas de calcularlo?

Si comparas esta información con la de otras webs (cosa que siempre deberías de hacer para comprobar la veracidad de lo que lees) encontraras que hay gente que utiliza fórmulas con leves modificaciones que hacen que su ROI para la misma operación sea distintas.

El ROI se diseñó como un sistema estándar para que este dato pueda ser comparado de un proyecto a otro, de una empresa a otra, de un país a otro. Pero la realidad es que cada profesional lo ha ido personalizando y adaptando a sus necesidades, por lo que tendrías que tener mucho cuidado al comparar el ROI calculado por distintas personas en distintas empresas.

Por ejemplo, uno de las webs que mejor posicionadas están en estos momento para la definición del ROI es la de la reconocida agencia 40 de Fiebre. En su web nos cuentan que usan la siguiente fórmula:

ROI = (BENEFICIO – INVERSIÓN) / INVERSIÓN

Desde mi punto de vista se trata de un error, porque con esta fórmula se nos podría dar el caso de que si el beneficio obtenido es 1000€ para una inversión de 500€, nuestro ROI sería del 1%, cuando realmente hemos conseguido el doble de lo que hemos invertido.

Lección de Will Smith

"Las mejores cosas de la vida están en el otro lado de tu miedo máximo."- WillSmith

Publié par TKM sur mardi 18 avril 2017

Las mejores cosas de la vida están tras el miedo

No soy el único que dedica un ratito a la semana a consumir vídeos sobre otros. Sobre sus experiencias y sus trayectorias. Considero que Internet nos abre una ventana de la que podemos aprender de lo ya vivido de los demás para intentar acelerar nuestro propio desarrollo sin caer de nuevo con las mismas piedras en las que ya cayeron ellos, y así ayudarnos a acercarnos cada día un poco más a nuestros objetivos personales.

No quiero convertir esta página en un directorio de vídeos, mi idea es ofreceros contenidos propios que no podáis encontrar en otro sitio. Pero cuando se encuentra contenido de calidad que realmente nos pueden aportar algo en pocos minutos, no puedo dejar pasar la oportunidad de compartirlo con vosotros. Will Smith nos abra sobre el miedo y sobre lo absurdo de su funcionamiento. El miedo que nos paraliza y nos hace ir en la dirección contraria de donde nuestro yo más interior nos pide ir. Ese miedo que tenemos que aprender a sobrepasar, y que mientras más veces consigamos vencer más débil será en las próximas ocasiones.

Las mejoras cosas de la vida, siempre están tras sesiones intensas de miedo. Aplícatelo tanto en tu vida personal como en tus negocios.

Fuente: TKM en Facebook.

¿Quieres vender? ¡Devuelve las llamadas!

Todos, también tú, nos hemos quejado en algún momento de las ventas al ver nuestros números. A todos nos gustaría vender más, aumentar nuestra facturación y con ella nuestros beneficios. Algunos negocios no lo conseguirán porque les ha tocado vivir una situación económica nada favorable. Otros no lo conseguirán porque no pueden competir con grandes multinacionales que están azotando su mismo sector. Otros… Bueno, creo que ya has captado la idea.

Pero hay otra realidad bien distinta. Todo el mundo dice querer vender más, pero a la hora de la verdad pocos lo demuestran. Os cuento…

Hace unas semanas, un familiar deseaba realizar una obra en su casa y me ofrecí a echarle una mano. El objetivo era elegir un buen proveedor que no le diera demasiados dolores de cabeza y, como es lógico, que entrara dentro de su presupuesto. Contactamos en total a cuatro empresas, todas vía telefónica. De las cuatro, sólo una me devolvió la llamada antes de 48 horas, que entiendo es un plazo razonable para dar.

Hicimos una segunda tanda, y conseguí hablar con 2 de las empresas. Una de ellas se comunicó conmigo de una manera que me daba la impresión que le estaba ocasionando un problema por llevarle trabajo. La otra me dijo directamente que no me podía ni dar precios pues tenía todo el mes lleno. ¿Y no habrá pensado en empezar a formalizar trabajados para los próximos meses? Parece ser que no, la visión a corto plazo se delataba por ella misma.

Otro día estuve echando un vistazo a varios locales comerciales en venta o alquiler para otro proyecto que tengo entre manos. Le tenía echado el ojo a unos locales por los que suelo pasar en mi rutina diario y que llevan años vacíos, con un cartel de una inmobiliaria cercana. Decidí dar el paso de llamar a la misma para informarme, conocer los precios y estudiar si sería una opción viable. Llame, me recogieron los datos y a los 15 días empecé a perder la fe en que algún día me contactaran.

En mi día a día, también me encuentro con empresas que me sorprenden para bien, y que son todo un ejemplo e inspiración de lo que considero debe ofrecer toda empresa a cualquiera de sus clientes. Pero son casos demasiado escasos. Como el que Álex Vallés comentaba en su blog.

Lo que me da vueltas por la cabeza es qué están/estamos haciendo los empresarios para provocar esta situación. Cómo se pueden desaprovechar esas oportunidades que se nos ponen delante cuando una persona se plantea la posibilidad de comprar nuestros productos o contratar nuestros servicios. ¿Es la falta de interés? ¿Es el cansancio de la rutina diaria? ¿Es el no amar tu sector?

¡Por favor! ‘¡Devuelve las llamadas a tus clientes!

En mis proyectos, en mis empresas, trabajo siempre para que esto que tanto sufro en mi carne no se produzca ni una sola vez; y estoy seguro que siempre seguirá siendo una de mis bases. Y si en alguna ocasión alguien detecta lo contrario, estaré eternamente agradecido si me das un toque de atención.